En Amazon estamos orgullosos del esfuerzo que hacemos, creando productos y servicios que nuestros clientes quieren y disfrutan. Esto incluye desde ofrecer una amplia selección de productos en nuestra tienda, con precios competitivos y entregas rápidas, hasta la producción de contenidos para que la audiencia disfrute de Prime Video, así como el trabajo que desarrolla Amazon Web Services (AWS) en la construcción de la infraestructura de la nube utilizada por empresas y gobiernos de todos los tamaños.
Todo esto requiere inversión y desde 2010, Amazon ha invertido más de 150 000 millones de euros para desarrollar sus actividades en toda Europa, empleando a más de 150 000 personas en la Unión Europea, dedicadas a satisfacer las altas expectativas de nuestros clientes. Por su parte, en España, Amazon ha invertido 13 000 millones de euros desde 2011 y actualmente damos empleo fijo a más de 22 000 personas en España.
Teniendo en cuenta este esfuerzo e inversión, nos preocupan las intenciones de establecer una tasa por el uso de Internet en Europa.
Una relación simbiótica entre los contenidos de calidad y la conectividad
Producir contenidos y servicios de alta calidad, y ofrecer la conectividad necesaria para acceder a ellos, requieren una inversión significativa tanto de los productores de contenido como de los proveedores de servicios de Internet. Es un esfuerzo que resulta en beneficios para ambas partes. El contenido que crean empresas como la nuestra es exactamente lo que los clientes de los operadores de telecomunicaciones quieren encontrar en Internet, y da valor a la conectividad que estos les venden.
En 2021 y 2022, Amazon invirtió más de 11 000 millones de euros en contenido original, en ofrecer deportes en directo y licenciar contenido de terceros para Prime Video a nivel mundial. Esto incluye nuestras inversiones en Europa para crear contenido original de Prime Video, con más de 130 nuevas series y películas europeas producidas desde 2020, y títulos tan populares y aclamados por la crítica como Wir Kinder vom Bahnhof Zoo, Overdose, Mañana es hoy o El chico malo. También hemos adquirido los derechos de eventos deportivos como la UEFA Champions League, así como producciones europeas de terceros para su difusión en Europa y en todo el mundo, como es el caso de Los Miserables.
Además, Amazon está invirtiendo alrededor de 10 000 millones de euros en conectividad a través del Proyecto Kuiper, un sistema satelital de órbita terrestre que ofrecerá Internet de banda ancha de alta calidad en lugares con peor acceso a Internet, tanto en Europa como en el resto del mundo. Amazon está trabajando con compañías como Beyond Gravity y Ariannespace en el desarrollo de su constelación de satélites junto a proveedores y trabajadores altamente cualificados en 13 países europeos. Recientemente hemos anunciado un acuerdo con Vodafone en Europa y Vodacom en África para ayudar a dichas compañías a ampliar sus áreas de cobertura de telefonía móvil 4G y 5G. Vodafone y Vodacom instalarán terminales de clientes a lo largo de sus redes de antenas de telefonía móvil, y utilizarán los enlaces con los satélites para conectar dichas antenas a sus redes principales.
La gran inversión de AWS en la infraestructura digital de Europa
Entre 2017 y 2022, AWS invirtió en Europa más de 21 000 millones de euros en infraestructura de nube y de edge computing (capital directo y operacional). Esta cifra no incluye las inversiones de Amazon en investigación y desarrollo, marketing y ventas. AWS trabaja con proveedores de servicios de Internet en Europa y en todo el mundo para transformar sus operaciones y desarrollar soluciones para los clientes.
La infraestructura de AWS en Europa incluye seis regiones en la UE y más de 120 puntos de presencia de la Red de distribución de contenido (CDN) en más de 25 ciudades de 19 estados miembros europeos. De esta manera, los datos se pueden almacenar más cerca de los clientes, reduciendo la cantidad de tráfico en las redes de telecomunicaciones y en los proveedores de servicios de tránsito. Esto reduce sus costes. AWS también ha desarrollado algoritmos de enrutamiento que utiliza para optimizar la entrega de contenido y mejorar el rendimiento, la disponibilidad y el coste para los clientes.
Tampoco se puede olvidar que la infraestructura de AWS es clave para lograr una transición ecológica. Las empresas españolas pueden reducir su uso de energía en más de un 80 % si trasladan sus cargas de trabajo informáticas de los centros de datos locales a AWS. AWS también está desarrollando silicio con mayor eficiencia energética.
Consecuencias para las empresas y los objetivos de la Década Digital de Europa
Más allá de las industrias creativas, una tasa al uso de Internet afectaría a la economía en su conjunto, ya que aumentaría el coste de operar en la nube y de utilizar las redes de distribución de contenidos (Content Delivery Network, CDN, por sus siglas en inglés) asociadas a ella, lo que debilitaría a las pequeñas y medianas empresas europeas y a las startups impulsadas por proveedores de servicios en la nube, que están presentes en todos los sectores de la economía. Un 55 % de los 2,8 billones de euros de valor agregado bruto que se estima generará la Década Digital de Europa depende de la computación en la nube (“Unlocking Europe’s Digital Potential”, Public First, 2022). Nos preocupa que un impuesto sobre el uso de Internet, similar a otros costes, probablemente se transfiera a los clientes, lo que implicaría un impacto en las organizaciones europeas que usan la nube y las CDN para proporcionar su contenido. Por lo tanto, imponer tales costes adicionales a los proveedores de la nube probablemente desalentaría la adopción de la nube en Europa y pondría en peligro el objetivo de la Década Digital de la UE de que "el 75 % de las empresas de la UE usen la nube/IA/Big Data" en 2030. En última instancia, reduciría la calidad, limitaría las opciones de los consumidores y dañaría la innovación. Además de aumentar el coste de la nube, una tasa al uso de Internet también minaría el principio fundamental de la neutralidad de la red.
Doble gasto para el bolsillo del consumidor a través del impuesto a Internet
Como empresa centrada en el cliente, nos preocupan los efectos negativos de una tasa al uso de Internet en el coste de la vida, así como en la calidad y diversidad de los servicios digitales disponibles para los clientes de la UE. Tales consecuencias no deseadas se pudieron observar en Corea del Sur, donde se implementó una medida similar en 2020; la Organización Europea de Consumidores (BEUC) advirtió sobre el impacto negativo para los consumidores europeos.
Incluso dejando de lado el importante papel que ya desempeñamos en la creación de contenido y la construcción de infraestructura, aquellos que proponen una tasa al uso de Internet ignoran que el crecimiento del tráfico de datos se está desacelerando continuamente y no genera costes de red proporcionales ni crea congestión estructural.
La idea de una tasa al uso de Internet pretende solucionar un problema que en realidad no existe. Y si se llevara a cabo aumentaría los costes para las pequeñas empresas y el coste de vida de los consumidores europeos, minaría la neutralidad de la red y los objetivos de la Década Digital de Europa. Se trata de una propuesta valorada con anterioridad y descartada, y debe volver a rechazarse. Esta propuesta debe llamarse por su nombre: doble gasto para el bolsillo del consumidor.
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