“Eran los primeros días de confinamiento en España y un compañero italiano del instituto nos contaba cómo lo estaba pasando su familia. Entonces se nos ocurrió que desde el IRB (Institute for Research in Biomedicine) podíamos crear una base de datos de fármacos que incorporara todos los resultados científicos publicados en relación al tratamiento de la COVID-19”, explica el investigador ICREA Patrick Aloy que lidera el laboratorio de Bioinformática Estructural y Biología de Redes del IRB Barcelona.
“Patrick y yo organizamos al principio del estado de alarma un aperitivo virtual. Él me contó que en el instituto estaban analizando manualmente 10.000 artículos científicos para poder crear una base de datos”, recuerda Hugo Zaragoza, investigador del Amazon Search Science y AI Group. Cuando Hugo oyó el adverbio “manualmente”, le ofreció sin dudarlo el know-how de Amazon.
Comprensión bidireccional
Patrick y Hugo crecieron en Alella (Barcelona), un pueblo de la costa catalana, y forjaron, en el instituto de secundaria una amistad que les permitió hace poco más de un mes unir sus pasiones: la biocomputación y la inteligencia artificial para acelerar la búsqueda de moléculas que puedan utilizarse para desarrollar fármacos contra el coronavirus.
"Amazon Search y el IRB han desarrollado una herramienta que acelera la búsqueda de medicamentos que pueden llegar a tratar el coronavirus".
Hugo Zaragoza es investigador en el equipo Subjective NLP (Natural Language Processing) y su trabajo es optimizar la experiencia del cliente a la hora de buscar cualquier producto en Amazon: “Ayudamos a los ordenadores a entender el lenguaje humano. Por ejemplo, cuando buscas unos auriculares queremos ayudarte a explorar qué buscas exactamente: inalámbricos, negros, etc.”. Su equipo está entre Berlín y Barcelona, en el Amazon Research and Development Center. En la ciudad condal Amazon también decidió establecer, en 2017, un Amazon Tech Hub, convirtiéndola en un centro de atracción de talento científico.
El saber hacer de Amazon
“Lo que hubiera durado dos años de forma manual, se consiguió en dos semanas gracias a Amazon”, asegura Patrick.
“Mediante el uso de inteligencia artificial creamos la base de datos con toda la información relevante en relación a moléculas y tratamientos estudiados”, afirma Hugo que añade que la rapidez en conseguir el objetivo también ha sido posible gracias a los servicios de computación en la nube de Amazon Web Services que ofrece las herramientas necesarias para crear aplicaciones sofisticadas con mayor flexibilidad, escalabilidad y fiabilidad.
Y todo sin salir de casa
En todo este proceso ninguno de los dos equipos se ha encontrado físicamente, pero aun estando confinados lo han hecho posible. El equipo de Amazon lo formó Hugo, Roi Blanco y Víctor Martínez y el del instituto Patrick, Martino Bertoni, Miquel Duran y Eduardo Pauls.
“Después de dos semanas de trabajo intenso codo a codo con Hugo y su equipo, la base de datos ya se actualiza periódicamente de forma automática. Ahora, con los resultados de la base de datos, que son de acceso libre, hay que empezar los análisis clínicos”, afirma Patrick.